A pesar de lo que pueda parecer, realizar un buen resumen es una tarea que entraña una cierta dificultad y que requiere aprendizaje. En esta entrada os dejo un archivo que recoge los requisitos de un buen resumen, así como un primer texto para que empecéis a ejercitaros.
La técnica del resumen
Os propongo un interesante texto de Vicente Verdú titulado: Hikikomori, publicado en El País en 2002.
Vicente Verdú, El País.
Podéis descargarlo también en este enlace: Hikikomori de V. Verdú
Si os interesa el tema:
"Hikikomori": perdidos en su habitación
Os propongo un interesante texto de Vicente Verdú titulado: Hikikomori, publicado en El País en 2002.
Fuente |
Hikikomori
Desde finales de los noventa, en Japón aumenta el
número de los hikikomori, los «enclaustrados». Esta población, formada
por adolescentes y por jóvenes entre los 20 y los 30 años, se caracteriza por
encerrarse en sus cuartos y no salir en meses. Entre los cientos de miles en
esta situación se encuentran los otaku, que ya ganaron fama llevando
hasta la exacerbación el aislamiento con los walkman. Ahora, además, se
suman especies diferentes y nuevas. Se trata, en conjunto, de criaturas pasivas
como bultos, que creen haber visto todo lo que había por ver y desdeñan cuanto
ocurra más allá de sus cuatro paredes. ¿Salir para qué? Son, en su mayoría,
hijos de empleados medios que llevan una vida media, telespectadores de
programas mediocres que compran en supermercados con descuento, veranean en
playas atestadas y duermen los domingos hasta la hora de comer. (...) Han
decidido, en fin, cambiar el exterior, rutinario y hacinado, por una vida en el
interior. Tampoco por una vida interior porque, según afirman los psicólogos,
los hikikomori eluden implicarse en una experiencia que le requeriría
desgastes y conflictos. Se enclaustran, pues, no para orar, sino para no
gastar. Para ahorrarse la vida que les caería encima si siguieran los pasos establecidos
y de cuya fatalidad procuran defenderse, mediante el antagonismo de la
indiferencia. Efectivamente, la desaparición de las utopías ha desencantado
notablemente el mundo (o la excitación por vivir), pero hasta hace poco, el
afán de hacerse famoso o comprar muchos bienes de lujo habían llenado parte del
vacío. ¿No ocurre ya así en Japón? Los hikikomori, contemplados a simple
vista, parecen vegetales y, por lo tanto, más simples que cualquier animal,
pero observados con otros ojos, su lela compostura resulta orgánicamente justa:
la clase de vida que se les ofrece, en cuanto parte de la gran masa, no merece
el precio que el sistema les reclama. De modo que una de dos: o la calidad
mejora o los hikikomori, como seres humanos, no darán más que cero de sí.
Vicente Verdú, El País.
Podéis descargarlo también en este enlace: Hikikomori de V. Verdú
Si os interesa el tema:
"Hikikomori": perdidos en su habitación
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